Nacido de padre aborigen hachero y madre española, nombre verdadero: Heraclio Catalino Rodriguez, su
venida al mundo ocurrió un 15 de mayo de 1932.
Desde pequeño la música se metió en su sangre, comenzó a tomar
clases de guitarra, a cantar, a escribir sus primeros bosquejos, que luego serían
himnos de amor, de exilio…de rebelión.
Las primeras letras fueron dedicadas para una niña amiga, a la que
nunca le llegaron dichas cartas.
Podríamos escribir o hablar horas de este precursor de nuestra música,
sus 17 años lo encontraron en Buenos Aires, donde cantaba por monedas, o
algunas botellas de cervezas que los
parroquianos le entregaban, las que juntaba para vendérselas al almacenero del barrio,
y así comer al día siguiente.
Horacio “pueblo” Guarany, unos de los mayores poetas vivos de
nuestra música, aún hoy en día sigue despuntando madrugadas con sus canciones.
Así como lo hacía en el exilio, donde una época terrible, le hizo
escapar, sintiendo en su alma las heridas de abandonar su patria, viendo desde
lejos las penurias de su pueblo.
Canciones como “Caminante si vas por mi tierra “,”Caballo que no galopa”,
“Los vinos de mi tierra”, etc., nos muestran la capacidad de poner en poemas y música
su generoso sentir.
Quizás como hacemos con nuestros grandes, recién en su muerte les
rendimos los merecidos homenajes, aquellos que no supimos brindarles en vida,
pero tenemos la necesaria obligación de hacerle saber cuánto significa y
significó, para los que hacemos de esta música nuestra, una forma de vivir y
sentir la tierra.
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