Me senté a escribir esta
nota sabedor de las encontradas opiniones que puedo llegar a levantar, o de los
odios escondidos presto a contraatacar.
Estamos en una meseta
muy peligrosa en cuanto a nuestra música folclórica, los últimos festivales
importantes que tuvo el país dieron cuenta de ello.
Nos debatimos entre
correr tras el dinero, hacia donde muchos grupos están galopando,
entregando de esta manera tal vez lo aprendido de chicos. O devolver el brillo, la esencia, la raíz a nuestra
querida música, permitiendo de esta manera que canciones con fundamentos, con
enseñanzas, no se pierdan entre los gritos, los ruidos o los tantos artilugios,
para llevarse uno o dos aplausos más.
Debemos barajar y dar de
nuevo, hacer hincapié en la educación, en las tradiciones, en aquello que
nuestros mayores nos han legado, que es abundante, tan importante, tan
maravillosamente rico en letras…en melodías.
Hemos escuchado decir
que todo vale, que el mercado lo exige, o lo que la gente en los festivales
pide. Sabemos que no es así, nadie paga una entrada para escuchar cómo se
destruyen en pos del dinero, grandes canciones de todos los tiempos, en voces
de cantores no preparados para cantarlas.
Reitero lo expresado
arriba, hay que repensar el cuándo, el cómo, el modo de alcanzar la meta, o
llegará un día, donde nos miraremos unos a otros, preguntándonos como se logró
esto: PERDER TODA IDENTIDAD.
Derechos reservados 2013 Nestor .R. Diaz
quiza se enojen patrones... y los que armaron el circo de un folclore sin mensaje, cantores sin compromiso... a mi me gusta que canten alegres coplas al pueblo, pero si puedo un ratito meter mi canto de obrero, quiza se vayan pensando, con eso... me voy contento... tal vez le duelan las patas de bailar con el chaqueño, tal vez le alimente el alma lo le canto este negro...
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